Cómo dar feedback a trabajadores de alto desempeño

Los mejores no renuncian porque los criticas.
Renuncian porque dejaste de decirles algo que valiera la pena escuchar.
Corregir a alguien que rinde poco es fácil. Lo desafiante es dar feedback a quien siempre cumple, siempre se adelanta, siempre salva el proyecto. Ahí aparece el miedo: “¿y si lo toma mal?, ¿y si piensa que estoy buscando el pero?, ¿y si se va?”.
En este articulo:
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¿Por qué dar feedback a un trabajador de alto desempeño es más difícil?
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Las 3 conversaciones que debes repetir con tus trabajadores de alto desempeño
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¿Por qué te conviene apoyarte en tecnología (y no en tu memoria)?
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Preguntas frecuentes sobre feedback a trabajadores de alto desempeño (FAQ)
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Conclusión: a los de alto desempeño no los pierdes por exigirles… los pierdes por dejarlos solos
¿Prefieres verlo, escucharlo o ver la presentación?
Te dejo las tres opciones más abajo 👇
Sin embargo, justo los trabajadores de alto desempeño son los que más necesitan conversaciones de desarrollo, porque son los más sensibles al estancamiento. Dejar de darles feedback es, sin querer, decirles: “ya no espero más de ti”.
Y eso tiene un costo enorme. Investigaciones recientes (Aguinis y O’Boyle, 2014) demuestran que el rendimiento de los trabajadores no sigue una curva normal, sino una distribución de ley de potencia: es decir, unos pocos individuos generan una proporción desmesurada del valor total de la organización.
A esos individuos se les llama star o top performers. No son necesariamente los que más horas trabajan, sino los que producen un impacto que “dobla la curva” del desempeño. Su aporte puede ser tan decisivo que, si se van, la productividad del equipo completo cae.

¿Por qué dar feedback a un trabajador de alto desempeño es más difícil?

La dificultad está en que no hay una brecha evidente. El colaborador entrega resultados, es confiable, domina su rol… y muchas veces hasta te ha salvado. Entonces como jefe sientes que estás siendo “majadero” si señalas algo a mejorar.
Además, los trabajadores de alto desempeño suelen tener una identidad muy asociada a “yo soy el que resuelve”. Cualquier comentario que huela a “no es perfecto” puede activar defensas. Por eso es clave el marco: no es crítica, es proyección.
A esto se suman cuatro factores :

Sus resultados hablan… pero no cuentan el costo.
A veces logran la meta, pero dejando cansado al equipo o sin documentar.

Pagan peajes de relación.
Son tan rápidos que pasan por encima de otros.

No siempre se les reconoce a su altura.
Se asume que “ya saben” que lo hacen bien.

Su fortaleza en modo máximo se vuelve debilidad.
Foco → inaccesible. Excelencia → perfeccionismo. Velocidad → atropello.